Obed N Munoz

Aprende haciendo, aprende enseñando

Si, si podemos hacer una diferencia

Lectura De 4 Minutos

¿Cómo pedir para recibir? ¿por qué cuando pido no recibo? ¿que me falta para que mi petición sea escuchada? y otras cuestiones son las que han surgido cuando venimos a Dios en oración y que muchas veces son motivo de desaliento al no recibir lo pedido. La Palabra de Dios nos enseña cómo pedir y también cómo no pedir. Consideremos juntos la historia de Salomón y sus inicios como rey de Israel en 1 Reyes 4:29-34 y de cómo este joven rey pidió de manera correcta y Dios contestó aún mas allá de su deseo.

La petición de Salomón

1 Reyes 3:5-15

Salomón esta comenzando su tiempo como rey de Israel de manera muy temprana, el se considera inexperto ante los estandares del mundo en que vivía. Pero, algo que nos llama la atención es que Salomón empezó de manera exelente su reinado. Siendo muy jóven, tomó una decisión muy asertada, el pidió la petición correcta a Dios.

Dios se le aparece a Salomón y le dice: “Pide lo que quieras que yo te de”. Ante una pregunta como esta, ¿cuál sería nuestra respuesta? quiza pediriamos el carro último modelo que siempre hemos deseado o la casa de nuestros sueños, muchas cosas pero quiza pocos o ninguno hubieramos pedido sabiduría, suena ilógico. Pero Salomón pidió sabiduría para gobernar a un pueblo tan grande y reconoció que solo con la ayuda de Dios podría liderar a una nación de tal magnitud.

El estandar de un rey para el pueblo de Israel era muy alto, justo antes de Salomón, el rey David había logrado grandes hazañas como rey y este sería conocido como un rey ejemplar por los siglos venideros. Salomón necesitaba algo mas que muchas riquezas y gran herencia que su padre le podría otorgar. Salomón necesitaba ayuda divina para poder emprender tan grande tarea.

Analizando un poco sobre cómo inició Salomón su audiencia con Dios, podemos ver claramente que Salomón no comenzó pidiendo. Salomón comenzó adorando y reconociendo las grandezas de Dios en la vida de su padre David como rey de Israel y también la gracia sobre su vida ahora que el estaba tomando el reinado.

Una vez que llegó el momento de pedir, su petición fue simple y consisa. Salomón pide un corazón entendido para gobernar un pueblo tan grande y pide también discernimiento para entender lo bueno y lo malo.

La repuesta de Dios, agradado de esta petición, le da gran sabiduría como a nadie en toda la tierra, en donde muchos vendrían a el para consultar enigmas, problemas y cuestiones difíciles; y todo, sería resuelto por el, porque contaba con la sabiduría de lo alto.

Pero, Dios no solo le dió sabiduría y discernimiento, veamos que más le dio Dios a Salomón:

“Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días.” - 1 Reyes 3:13

Dios se agradó de la petición de Salomón y le dio mucho más de lo que el pidió. Cuando pedimos de manera correcta (de acuerdo a la Voluntad de Dios), Dios nos sorprenderá y nos dará mucho más de lo que hemos pedido, así es nuestro Dios.

No sabemos pedir

Muchas veces pepdimos y no recibimos porque no sabemos pedir. En Santiago 4:3 La Palabra de dios nos dice que no recibimos porque pedimos para satisfacer nuestros propios deseos carnales. Si recordamos la historia de Salomón, el pidió algo para el beneficio de aquellos que Dios estaba poniendo bajo su cargo, por lo tanto Dios le otorgó ese bien y aparte le lleno de bendición material y de paz para con sus enemigos.

Cómo pedía Jesús

Nuestro mayor y mejor ejemplo es Jesucristo, y que especial es saber que también nos dejó un patrón de cómo pedir al Padre en Lucas 11:2-4, el muy conocido pero muchas veces mal entendido “Padre Nuestro”.

…Padre, hágase tu voluntad, como en el cielo, también en la tierra …

El anterior enunciado nos enseña algo muy poderoso y determinante, Jesús, el Hijo de Dios nos enseña a pedir que la voluntad de Dios sea hecha y no la nuestra. ¿Cuántas veces hemos pedido así? Si somos sinceros, la mayoría de las veces hemos pedido de manera contraria, pues pedimos en resumen lo siguiente: “Padre, que se haga mi voluntad”. Por eso no recibimos lo que pedimos, porque pedimos para satisfacer nuestros propios deseos.

Jesús siempre nos enseñó sumisión al Padre y podemos ver Su Obra Completa y en total acuerdo y respaldo del Padre Celestial.

Pero, ¿cómo pedir de manera correcta?

En Romanos 8:26-27 nos dice que El Espíritu Santo nos ayudará a pedir como conviene. Pidamos sabiamente, pidamos ser llenos del Espíritu Santo, así nuestras peticiones serán como conviene y de acuerdo a La Voluntad de Dios. Aprenderemos a esperar en la voluntad de Dios y viviremos confiados porque nuestro Padre Celestial nos escucha.

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